domingo, 27 de octubre de 2013

RONRONEO

   Buscaba apareamiento esa noche y lo encontró.  Era rapado, con barba hipsteriana y casi cuarentón. Burraco le fue roneando a ritmos espasmódicos de house y cuando lo tuvo a pocos centímetros en un acto reflejo le lamió la calva. Raspar su lengua con centenares de milimétricos pelos le resultó muy placentero. Lejos de responder de mala hostia, el otro le asestó una dentellada en el labio inferior. Sangrante y baboso, así comenzó  lo que se adivinaba un  polvazo. Con un dedo se enganchó a la presilla del pantalón y se dejó arrastrar por el calvo hasta la salida de emergencia. Ya  fuera, en la escalera de incendios, le desabotonó el vaquero con la intención de comerle su más que prometedor aparato cuando, de repente, una sirena sonó a lo lejos y alguien le zarandeó el hombro advirtiéndole con voz carrasposa: 

— Nene,nene... Levántate ya que llegas tarde al curro. 







miércoles, 16 de octubre de 2013

EL AMANTE AMADO

   Ocurre a veces que, sin darte cuenta, un día  le sueltas a alguien un " te quiero" y  ese alguien responde con un  "yo también". Sobra decir quién es el amante o el amado. Ya lo escribió Antonio Gala en su 'Cuaderno de Amor':  "En toda relación amorosa hay, en último término, un devoto y un dios, un esclavo y un amo. Hay quien rompe a hablar y quien responde...".

   En mi corta aunque azarosa vida sentimental he sido amante y amado. Digo corta porque empecé a ejercer en esto del amor a los treinta, casi un año después de salir del armario. En siete años y cinco relaciones he interpretado dos veces el papel más desagradable y sufrido.  Fue tan catastrófico hacer en mi primer noviazgo de amante que cuando salí de aquel infierno juré, copazo de whisky en  mano y a lo Escarlata O´Hara, que jamás volvería a sufrir por amor.  Qué equivocado estaba, en mi última interpretación de esta tragicomedia que es la vida he vuelto tropezar con la misma piedra en el arte de amar. Amar o querer, pues yo sé querer más que amar, me implica espera, celos, ansia de correspondencia y si me apuras sumisión. Aún así,  de cara a los demás, el de amante es un papel estelar muy agradecido . Todos ven en él al bueno de la película y al amado como al villano. Ahora, que ya sé lo que es querer, más que nunca comprendo lo injusto que fui con mis amantes por menospreciar lo que me dieron y desde este egoísta blog catárquico les pido perdón. 

    Hace dos días que no tengo a mi lado a quien quiero querer, a mi  presunto villano. En un principio fue un pactado amor finito que me niego a extinguir porque presiento que está inacabado. Inútilmente inspiro  un aire que no quiere atravesarme, porque este oxígeno no me sirve, me envenena, me oprime el pecho y me confirma lo que algun hijo de puta un día sentenció: amar duele.