viernes, 31 de enero de 2014

DESMONTANDO A WOODY



Dime Woody, ¿qué piensas de los hombres? ¿Y el sexo? Y el amor, ¿qué opinas del amor?


"El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores."

El sexo es lo más divertido que se puede hacer sin reír.

"El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro."

"La única manera de ser feliz es que te guste sufrir."

"No sólo de pan vive el hombre. De vez en cuando, también necesita un trago."

"El cerebro es mi segundo órgano en importancia."

"Eres un pesimista, ves siempre el vaso medio vacio! -No, lo veo medio lleno pero de veneno."

"Amaos los unos sobre los otros."

"El matrimonio es el fin de la esperanza."

"Creo que mi amante me es infiel."

"El sexo alivia la tensión. El amor la aumenta."

"Es curioso que se le denomine sexo oral a la práctica sexual en la que menos se puede hablar."


"El sexo es como jugar al bridge. Si no tienes un buen compañero, más vale que tengas una buena mano."

"El sexo sin culpabilidad es malo porque casi se convierte en placer."

"El sexo sólo es sucio si se hace bien."

"Existen dos cosas muy importantes en el mundo: una es el sexo, de la otra no me acuerdo."

"Yo estoy chapado a la antigua, no creo en las relaciones extramatrimoniales. La gente debería aparearse para siempre como las palomas... o como los católicos." 

"El amor es la emoción mas compleja. Los seres humanos son imprevisibles. No hay lógica en sus emociones. Donde no hay lógica no hay pensamiento racional. Y donde no hay pensamiento racional puede haber mucho romance, pero mucho sufrimiento."

"El amor es la respuesta, pero mientras esperas la respuesta, el sexo plantea algunas preguntas bastante interesantes."


martes, 21 de enero de 2014

PIENSO EN (POR) TI


  «Esperando un futuro incierto, una oportunidad de anclarme o pirarme de aquí, un poder llegar a fin de mes, un viaje de ida sin vuelta, a un amor que no siempre llega,  a que me llamen adulto, al mercado, a la competitividad, a la productividad,  a los cambios de ánimo, a dejar la carrera, a la frustración del fracaso, a que me amen, a que mi mamá me mime, a que alguien perpetre el enésimo postureo, el momento de decirle que lo dejo, a que se ponga en rojo para que me den el pistoletazo de salida, salir corriendo y llegar el primero sin saber muy bien a donde.»


(Intentos de disección del pensamiento de mi chico mientras espera un semáforo.)



viernes, 3 de enero de 2014

AÑO NUEVO

   Lilith llegó a eso de las cuatro. Lilith, de nombre real Dolores, se comprometió el día anterior con nosotros a recoger la casa. La nochevieja, además de risas, alcohol, drogas, besos  y sexo, mucho sexo, había dejado un reguero de mierda por todo el piso. Andar por el suelo era tarea difícil y se quedaba pegada la suela en el parqué, reconvertido ahora en un extraño collage de colores a causa del confeti. Reventados para hacer faenas dejamos la limpieza para después y nos pusimos a comer. Dos y dos, así era la composición de la mesa. Me senté al lado de Lilith, enfrente tenía a Castro, el anfitrión y dueño de la casa, y junto a él estaba Joac, mi novio. Ensaladilla rusa de primero, solomillo de cerdo de segundo y cerveza: el menú sobrante de la noche anterior, rememorada durante el almuerzo. Pregunté por su marca del cuello a Lilith y nos confesó que tuvo un calentón antes de irse de la fiesta, a eso de las cinco, y tiró de agenda para acabar follándose en su piso a su director de escuela. Ciega perdida le dio por poner velas desde el pasillo hasta el salón aunque de poco le sirvió pues nada más llegar su jefe la subió en la mesa de la cocina y allí la empotró. De lo mío con mi chico no hizo falta dar muchos detalles. Llevábamos un mes sin vernos y cada dos por tres nos metíamos en el baño o en las habitaciones para meternos mano.  David, el novio de Castro, nos pilló una vez in fraganti usando su cama.  La excitación pudo más que la vergüenza y a pesar de la sorpresa no dudé en continuar rompiéndole el culo a mi churra. El hecho de que nos hubiera cazado me puso más cachondo si cabe. Vernos de higos a brevas es lo que tiene, que uno lo quiere dar todo, pase lo que pase, pase quien pase... 

   Castro nos sirvió los últimos trozos de solomillo y nos rellenó los vasos. Íbamos a brindar por enésima vez por el nuevo año pero acabó sentenciándolo:

— Pues yo os tengo que confesar una cosa. Anoche David y yo hicimos un trío.

— ¿¿CON QUIÉN??—  chillamos los tres a la vez.

— Con Toni, el amigo que trajo Raúl. Menudo pollardo que gasta. ¿Veis este vaso de tubo? Pues más grande. Ninguno de los dos podíamos cerrar la mano. Yo no tuve problemas pero a David sólo le entró la puntita...

— ¡Qué fuerte!...—  exclamamos los tres partiendo la frase bruscamente en dos y exagerando ese "qué"...

   Toni, desde el momento en el que irrumpió en la fiesta, -porque Toni no llegó, Toni irrumpió-, fue el centro de atención eclipsando al resto. Apareció pasadas las uvas y nada más verlo David sufrió un ataque de celos que lo llevó incluso a abandonar el salón momentáneamente pues sabía que se había beneficiado a Castro la nochevieja anterior. Este era el motivo por el que nos extrañó a todos lo del trío, no por Castro, sino por él. Castro era un picha brava o culo loco, según se mire, pero David era en apariencia un tío muy formalete, serio y enamoradísimo hasta las trancas de él. No fue el único ataque de celos que hubo esa noche. Yo tuve otro cuando me fijé en  cómo mi chico miraba los brazos de la aparición estelar, algo que normalicé al poco rato pues Toni era alto, musculoso, una suerte de  guapo-feo, quizá demasiado amariconado para mi gusto, con una horterísima riñorera dorada repleta de condones y popper, según nos contó Castro, que tapaba su poderoso paquete circuncidado. Lo de su circuncisión fue el único detalle que el anfitrión obvió en la entusiasta descripción que hizo de su miembro.  Aquella última noche del año mi novio se quedó frito tras dos  polvos seguidos y cuando fui al baño a mear  me encontré a la estrella del momento  escurriéndosela.   A los cinco minutos ya se había corrido en mi cara.