martes, 9 de junio de 2009

Quinientas copias

Marzo de 1985. Ocho de la mañana. Abre la puerta de tu cuarto bruscamente y una fuerza centrífuga hace que te sobresaltes:

-¡¡¡Neneeeee!!!….¡¡¡Levántate ya!!….¡¡¡Mira qué hora es ya!!

Así de maternal te levanta tu mami todos los días para ir al cole. Te vistes rápido para bajar un momento anca Francísco, la tienda de ultramarinos de la calle, para comprar una barra de Viena. Ves cómo tu mamá mientras tanto se va para la cocina arrastrando las zapatillas, con parte de su camisón metido en el culo y el pelo aplastado por la coronilla para medio prepararte el desayuno. A la vuelta ya estaba el chorizo cortado en enormes rodajas de gran grosor sobre un papel plata y la leche calentada en el cazo con una capa de nata. La cuelas y te preparas el Nesquik, que el ColaCao en tu casa es para ricos. Los bocadillos que llevas al colegio son un auténtico espectáculo. Tu madre tiene una manía obsesiva conque estás muy canío y quiere que engrases tu cuerpo a costa de lo que sea. Cada vez que ves las fotos de la comunión te acuerdas de cómo te puso a engorde durante seis meses el año pasado a base de leche con magdalenas para que salieras en éstas con lustre. Sí. Hermoso saliste en las fotos, pero hermosa también era la picadura de mosquito en el ojo la noche anterior a la toma del cuerpo de Cristo.

Bajando ya por las escaleras del portal, con tu mochila de diez kilos- diez kilos no nueve como habitualmente pues ese día tocaba el Senda y su Roulotte- y con tu pedazo de bocadillo, liao en papel Albal, para comértelo nudosamente en el recreo de las once, se podía escuchar una atronadora voz emitiendo para toda la barriada desde el porterillo:

-¡¡Neeneeee¡¡, ¡¡Sube pa´rriba ahora mismo!! ¡¡A dónde te crees que vas con esos pelos!!!

Al subir de nuevo, al fondo del pasillo puedes ver a tu madre en la puerta amenazante, brazos en jarra remangándose el camisón y con el pie derecho aleteando constantemente. Acercándote temeroso, tu madre, con unas artimañas domésticas y trucos que supones leería alguna vez en el Pronto de anca la Chari, se mete los dedos en la boca, se los impregna de saliva y te aplaca el flequillo, cuan perfecto peine epidérmico. Su "niño modelo" tiene que ir presentable al cole. Tu abuela solía decirle a tu madre que tú eras un “niño modelo“, por lo bueno que eras; pero por aquel entonces pensabas que te lo decía porque fueras el niño más guapo de toda la calle y que ibas para modelo. Venga que me lío…que...¿por dónde iba? ¡Ah!, que eso, que para el cole que vas, cruzando todo el barrio de Santa Julia con tus diez kilos de mochila ,tu bocaíllo de shorizo liao en papel Albal, que también pesaba lo suyo, y tus doscientas copias con la frase "No volveré a hablar con mis compañeros en clase" hechas a escondidas la tarde anterior...

11.30 de la mañana. Acabado el recreo y tras haber bebido un buche de agua del lavabo del servicio (no recuerdas la existencia de botellines de agua en los ochenta, por lo menos anca Francísco no los vendían) y que un cabrónjoputa te gritara desde el fondo del pasillo" ¡¡¡Orejóooon¡¡", entras en el aula y te sientas en tu sitio. Al empezar la clase de inglés...."clinc, clinc, clinc, clinc..." No. No es una onomatopeya inglesa…..es el tornillo de tu mesa que se ha caído. Al ir a recogerlo, "El Kinder" te reprende:

-¿Qué hace levantado?. Para mañana me va a hacer usted trescientas copias en las que ponga "No debo levantarme en horas de clase".

¡¡Dios Mío!! (sólo hacía un año que habías recibido tu primera hostia y aún lo implorabas) ¡¡Esto sí que es una hecatombe, una desgracia¡¡ Trescientas copias que sumadas a las doscientas que tenía hechas hacían un total de quinientas copias¡¡¡ ¿Sabéis lo que es eso? Estamos de acuerdo con que la letra con sangre entra pero a ti ya te habían salido ampollas en los nudillos de tanto escribir. Joder macho, la marca BIC debería haberte becado de por vida por el monumental gasto ocasionado.

Tu vida pueril acaba de desmoronarse. Justo antes del toque de la sirena tomas la que con el tiempo pasó a ser tu primera gran decisión. “Voy a escaparme de casa”, le dejó el enano mensajero Arguifonte en una notita a Manolo, su compañero de pupitre, el segundo niño más guapo de la calle. “Pero, ¿a dónde vas a ir?" preguntó al devolverte el papelito el que iba detrás de ti en el ranking de niños modelos, (a alquilarme un piso y compartirlo ¡no te jode!), "No lo sé, por ahí", le contestaste. Y aquí acabó la relación epistolar entre los dos ese día. La decisión no estaba razonada pero era contundente...y vaya si la llevaste a cabo.

12:30. Puerta del colegio. Sin un puto duro. Dispuesto a saltarte el turno de tarde con un rumbo desconocido y es que también está muy bien éso de hacer viajes sin planearlos. Te haces con un arma transparente: una regla de 50 centímetros de la clase de dibujo con la que defenderte de todo el mal que te acechase. Superespada que envainas en la primera papelera que te encuentras al doblar la esquina, pues piensas que debes liberarte de toda carga, mochila incluida, para tu primera odisea.

Recorres la ciudad de Oeste a Este, de Sur a Norte… Ves a lo lejos la cárcel, el Pryca, la playa, la desembocadura del río seco, el puente de hierro que lleva al puerto, el castillo musulmán... Son las cinco de la tarde cuando en un parque a los pies de la fortaleza, haces una parada. Al sentarte bajo un árbol empieza a llover. Estás chorreando y titiritando pero el bocadillo mordisqueado de jamón que algún turista tiró por allí hace que entres en calor...y te sabe a gloria. Cuando escampa te metes en la biblioteca del centro para leer cuentos. Cierran a las ocho así que otra vez en la puta calle,... Nueve de la noche, diez, ¡¡qué hambre y qué frío tienes!!. Cuando te das cuenta de que todos los semáforos de la ciudad están en ámbar eres consciente de lo tarde que es y de que posiblemente estás equivocado debiendo esperar unos añitos más para viajar... Doce...una...La posibilidad de un inminente regreso lo provoca el hambre bestial, pero te retiene una probable bofetada de tu padre durante una hora más. El hecho de no querer convertirte en "El Increíble Niño Ampolla" también fue determinante y es que tus pies no daban para más.

No teniendo ni idea de la que se avecina, abres la puerta del ascensor y lo flipas. Todo el bloque, los 52 pisos, está en tu planta y en tu casa metido. No falta nadie: "el cartero", "la presidenta", "la telediario", "la culo gordo", "el sordo", “la cara caballo”… toda la comunidad para darte la bienvenida. Un paseíllo de murmullos se abre a tu paso acompañado de palmaditas en la espalda y frotes de manos en tu cogote. ¡Qué pechá de llorar se da todo el mundo! Más que un reencuentro parecía aquello un duelo. No asimilas hasta años después el lío que habías montado. Al día siguiente, Manolo, en otra tanda de notitas en clase, te cuenta que te habías convertido en una especie de héroe en el barrio; que incluso habían avisado a la policía; que habían organizado patrullas vecinales y que hasta te anunciaron en Radio Popular, hoy Cope Plutón. Lástima que a nadie le diera por grabar esta cuña para que pudieras oírla: "SE BUSCA NIÑO DESPEINADO, MUY GUAPO, CON ALIENTO A CHORIZO Y CON UNA REGLA DE 50 CENTÍMETROS".

A pesar de la fechoría, lo que te quedó de forma indeleble aquella noche fue una maldad descubierta en ti: ver a ese renacuajo de nueve años sonreír frente al espejo del baño antes de irse a la cama. Un extraño efecto indulgente que aún no has resuelto.



14 comentarios:

  1. Pero que historia más bonita, cómo se disfruta con tu blog. Te admiro un montón. por cierto, se agradece que la historia de tu infancia no vaya de eso de que "de pequeño me llamaban mariquita"...

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  2. JAJAJAJAa
    Buenísimo.

    Lo de la comunión con la picadura de mosquito y gordito es muy bueno.

    Besos con azúcar glasé.

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  3. Quien no haya tenido descubrimientos impactantes a esas edades que no haya resuelto aún, que tire la primera piedra. El texto, genial, las referencias a esa infancia cutre que nos tocó vivir, de lo más tierno, y la sonrisa del flequillo a lo "say-cheese", lo mejor.

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  4. A veces no se valora a las madres hasta que crecemos. Me ha producido ternura leer el retrato que haces de la tuya. Como dice la canción de Rocío Jurado, qué no daría yo por escuchar de nuevo:
    "Y esa niña que llega tarde a casa..." Y escuchar ese grito de mi madre pregonando mi nombre en la ventana
    ..

    Me ha gustado además la peripecia, porque de pequeño yo tb vivía en Málaga -unos años antes que tú, ejem- y me sucedió algo parecido, estuve varias horas ausente, pero no por gusto, me perdí.. y se armó tb la marimorena.

    Un abrazo

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  5. Pues es que no fue un escapada infantil, tenías muy buenos motivos... 500 frases!!!!
    Ahora a eso se llama, buscar un sitio para poner las cosas en orden... la pobre de tu madre. Leyéndolo he visto claramente a la mía, y a mi infancia y la mochila con el Senda... De las fotos de comunión, eso sí, mejor ni me acuerdo... porque se ha mitificado el estilismo de los años 80, pero esas fotos y esos trajes eran criminales...

    Un abrazo.

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  6. Te leí maravillado por nuestras diferencias....
    Acá tambien es un verdadero show madre e hijo para que estos e vayan a las escuelas, pero hay algunas diferencias...no así en los castigos de los maestros, al menos en mi tiempo eran igual, que si una plana de esto, que si 10 planas de,lo otro que....

    Yo fui buen niño, como tu el mejor el mas guapo el mas aplicado el consetido el abanderado el.... Me harté de tanto mote y de tanto compromiso...aún no lo supero.

    Bello relato y bella vida.... y me causa algo de extrañeza.

    2046

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  7. Pues mi madre era de las que se dormía y tenía que despertarme yo solito o bien llegaba tarde y me castigaban...


    Qué bonito Los 400 Golpes!!!!

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  8. Muy bonito relato, lleno de ternura y de ironía, evita caer en una nostalgia rancia y de topicazo, bravo. Y la foto es total!!!

    Los 400 golpes genial.

    Y la biblioteca era la "difunta" Casa de la Cultura, supongo, no??

    Saludos

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  9. No sabía que la vida en Plutón se pareciese tanto a la de la Tierra...
    A veces, hace falta volver a ser un niño, regresar a cuando te perdiste por primera vez para empezar de nuevo.
    Seguro que fuiste un héroe para muchos de los que pudieran haberte atacado con reglas de más centímetros de la clase de dibujo, pero creo que el "niño modelo" no huyó de su casa, el pequeño Arguifonte escapó de su, ya acertada, impresión de la realidad.
    Sigue escribiendo para ti, regalándonos tanto a los demás.
    Un abrazo

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  10. la habré visto 500 veces, pero siempre me emociona esa última escena de Los 400 golpes: O yo, ...o el mar. (yo sigo muy "nouvelle vague", así que me ha encantado).
    hay que perderse para poder encontrarse. y no pierdas ese niño de 1985, llévalo siempre contigo.

    un abrazo de otro niño perdido.

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  11. Creo que en esta aventura todos nos vemos un tanto reflejados, ese deseo de independencia, de pensar que somos tan mayores, y es que en cierta medida creo que todos hemos provocado pequeños dramas domésticos de esta envergadura, y al mirar atrás vemos lo poco que los comportamientos humanos han cambiado, es como un experiencia iniciatica que generación tras generación se va repitiendo.

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  12. jajaja! ¿no tienes ninguna foto de la comunión? porfi! Tendrías que ver la mía con un moño cebolla, corona incluida rodeándolo, y aún pretendían que sonriese siejjjqueee!!!
    Que entrada entrañable y divina Argui, yo me fugué una vez pero del Cole. Estuve castigada para toda la eternidad, pero me fugaba cada día del castigo... hasta que me expulsaron...
    Toda una ficha la mía también.
    Un besazo, aventurero.

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  13. Como siempre divertidísimo. Tienes esa capacidad de convertir lo que escribes en universal, todos podemos ver lo que hay detrás de ese niño con aliento de chorizo y nos podemos identificar con él, eso es tan difícil tio...

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