domingo, 20 de septiembre de 2015

ROAR

   
   Carmela y Juan decidieron reunir a cada uno de sus cinco hijos en un sitio neutral por separado. Un lugar donde no hubiera posibilidad de discusión alguna entre ellos: un banco de la Gran Vía. Julia, la mayor, fue la última convocada, a las siete. Cuando llegó, se sentó en medio de los dos y le leyeron de viva voz, entre ruidos de coches y sirenas, su testamento en vida. Le endiñaron la yogurtera y un microondas con grill.


jueves, 17 de septiembre de 2015

DÍAS


Día 1 sin ti:
te echo tanto de menos que en mi reloj aún es ayer.

Día 2 sin ti:
no salgo de la cama,
aún estás conmigo, tan guapa
aunque sea en mis pesadillas.

Día 3 sin ti:
no llamas
y todo, las canciones, mi cama,
la pena, mi pecho, tu nombre, mi nombre con el tuyo,
tus fotos, mis trozos, nuestros restos,
comunica.

Día 4 sin ti:
me abandonaste a las tres en punto.
El reloj lleva cuatro días marcando las tres y cinco.

Día 5 sin ti:
tu ausencia aplastando mis entrañas.
Pareciera que han pasado por mi alma noventa años.

Día 6 sin ti:
hoy sólo he llorado escuchando a Andrés
y leyendo a Ernesto.
Voy mejorando.

Día 7 sin ti:
mi madre me ha besado las ojeras
y he salido del ataúd que es mi cama sin ti,
dejando al lado de la almohada una nota de resurrección.

Día 8 sin ti:
me he ido a dar un paseo a la playa,
ha llovido como si le hubieran roto el corazón al cielo
y he comprendido
que uno es de donde llora pero siempre
querrá ir donde ríe.

Día 9 sin ti:
no te olvido,
pero hoy he vuelto a reír de nuevo
y he sentido un anhelo reconfortante al abrir la ventana,
como si el aire barriera los fantasmas de mi suelo.

Día 10 sin ti:
he dejado de huir
porque me he dado cuenta de que soy la
única que sigue.
Tu recuerdo tampoco: se ha quedado atrás.
Creo que me acerco a la meta.

Día 11 sin ti:
me he olvidado de que te estaba olvidando
y te he olvidado.

Día 12 sin ti:
he conocido a alguien,
soy yo.
Voy a darme una oportunidad.

´Baluarte' de Elvira Sastre.

Madrid-Gran Vía, julio de 2015


martes, 8 de septiembre de 2015

A VISTA DE PÁJARO

   Se preguntaba a cuántos kilómetros estarían aquellas nubes. Las negras se fusionaban con las blancas dejando un pequeño claro entre ellas pero oscureciendo aquella tarde de septiembre en el pantano. Formaban y deformaban efímeras siluetas que intentaba relacionar siempre con algo: una cara que gritaba, un buda, un Goku, un Batman… Un pájaro de entre las blancas apareció, otro le siguió y entre las negras desaparecieron. Se preguntaba ahora qué habría sido de ellos, si morirían en la vorágine de aquellas nubes que se antojaban amenazantes, cada vez más negras. Se preguntaba también si les habrían visto desnudos desde allí arriba, cómo serían ellos a vista de pájaro. Giró la cara y al que tenía a su lado tumbado le hizo otra pregunta:
 
-Tú sabes que yo siempre te querré, ¿verdad?


(Foto de www.diariopilotoprivado.com)