viernes, 25 de febrero de 2011

POST PEZQUEÑÍN


Lugar: Mercado Central de Plutón.

Puesto: Pescadería Gallardo.

Anécdota: Señora mayor se me acerca y me pregunta: ¿Quién es la última...caballera?


Juan Perro - La Charla del Pescado









lunes, 21 de febrero de 2011

EL ABRAZO DEL CACTUS

Cuando el asco pudre el ambiente y un portazo sopla la llama, me embarga una desazón que retiene como si fuera una tapa de alcantarilla mi rabia. Los polvos son más lodos que nunca y la furia acaba horadándome por dentro. Al ser este un proceso interno, con aparente frialdad me revelo ante él con forma de pedrusco lleno de aristas y sin emociones. Las peleas, resultado de la conjunción de idas de olla y bipolaridades progresivas, hacen que el día a día se haya convertido en un bucle descorazonador. Inalcanzable e incomprensible el mutuo acuerdo, nunca es suficiente, nunca llegamos; siempre la cagamos. Y me mato queriéndolo y atrapándolo y me mato a pajas negándolo. Deseo que el deseo que fue deseo vuelva a desearle y no acabar siendo dos cactus que se abrazan y es que donde busco piel sólo encuentro espinas. Sin silencios no hay paz y en mi casa se oyen coces ególatras que se niegan a ser domadas. Coces que campan a sus anchas como lo hicieron las manchas de humedad hace un mes. Manchas que fueron pintadas, maquilladas más bien, pero que amenazan con rehidratarse en el momento más insospechado. Empiezo a creer que esto de la pareja no es un hecho. Empiezo a entender el por qué dos polos iguales se repelen. Con los años he aprendido a fintar las penas pero...¡esta puta lágrima que no sale me va a reventar el estómago!



Luz Casal - Tal para cual






domingo, 6 de febrero de 2011

EL TIEMPO ES ORO II


Vilipendios después y aniquilado por completo cualquier conato de alianza de civilizaciones, mi madre y yo continuamos con nuestra inmersión en la jungla de ladrillo visto. Íbamos enganchados de nuevo pero ya con el pico cerrado y es que los negocios del barrio parecían delegaciones de la ONU. En sus locales, las merdechonis se debatían entre el alisado japonés o el trenzado africano. Justo al lado de una peluquería asiática había otro negocio dorado. De allí salía una mujer con un jersey lleno de pelotillas, quejosa la pobre, se lamentaba ella sola de su última solución: venderse ella misma. Una vez dentro, en una improvisada sala con sillones, aguardaban sentados un yonqui con los ojos embolillaos y un señor mayor con buena presencia ojeando un atrasado. El presunto comprador, que hablaba por teléfono tras el cristal, con una mano nos hizo una señal de espera:

-Estamos haciendo tiempo. Tienen que traer el dinero de otra tienda.- le dijo el caballero enchaquetado a mi señora madre.

Cuando el dependiente colgó el teléfono, mi madre se acercó a la ventanilla, se saltó las formalidades y de un tirón hizo su introducción directísima al gramo. Le dijo que el reloj era de mi novio, ni pareja ni leches, y que quería saber cuánto nos darían por el peluco. Al dependiente le debió hacer gracia su predisposición en la venta y le sonrió. Le dijo que comprobaría el kilataje pero que tendríamos que aguantar un cuarto de hora, que esa mañana estaba desbordado con tanta compra.

-Los hijos, señora, que con este paro no pueden pagar la hipoteca y sus padres tienen que empeñarlo todo- le dijo el señor del periódico.

- Desde luego que sí, que para eso están los padres. Verá usted, yo tengo mucho oro en mi casa, pero vamos que no es que me haga falta venderlo... Ahora que le voy a decir a usted una cosa. Yo no digo que no haya paro pero vamos que también hay mucho flojo. Sin ir más lejos el marido de mi vecina Paqui. La tía se ha pulío toda la herencia del suegro. Cada dos años cambiaba de cortinas y vamos, la casa amueblá entera, televisor de plasma, cafetera Nespresso... ¡Todo nuevo! Ni un detalle le faltaba... Con decirle que las sillas que tengo yo en mi salón son las que tiró ella a la basura. ¡Que tengo yo el mismo dormitorio desde que me casé¡ Claro que los muebles de antes eran mucho más buenos que los de ahora..

El señor enchaquetado con buena presencia se puso en pie para seguirle la conversación y, para recordar un dicho familiar, desplegó un inusitado plumaje con un brazo en jarra y haciendo un looping con la otra mano que ni Carmen Amaya:

-Tiene usté toda la rasón señora, mi padre que en gloria esté, desía: Lo que no puede ser son tetas y sopas... O tetas, o sopas...

Mi madre, desconcertada en un principio ante el alarde de movimientos del señor, continuó con su perorata pro-socialista....

-Pu.., pues... eso, que ahora se ha quedao tiesa mi vecina, ¡como las putas en cuaresma! Ahí la tienes, escuchimizá y sin un duro. El otro día me preguntó si conocía alguna casa pa´limpiar. Le dije que lo que tiene que hacer su marido es coger la furgoneta que tiene y ponerse a vender naranjas en las salidas de las autovías....

Yo, hundido en un sillón orejero, me quedé embobado con el bla bla bla de la conversación y mis ojos se vidriaron al recordar a un debilucho mocoso flipando con la frenética verborrea de su mamá anca Maripepa, el otrora ultramarinos reconvertido en este .




✰✰✰✰✰✰✰✰✰ El peluco y el anillo fueron tasados en 1500 €uros.✰✰✰Mi madre prolongó su palique con el señor media hora más hasta que trajeron el dinero en una bolsa.✰✰✰ Para entonces, el yonqui embolillao ya se había quedado frito en el sillón. ✰✰✰ A los dos días regresó mi mami sola, y a escondidas de mi padre, para desprenderse de algunas cosillas que ya no se ponía. ✰✰✰✰✰✰✰✰✰



Amor de Madre - Gabinete Caligari