Cuando el asco pudre el ambiente y un portazo sopla la llama, me embarga una desazón que retiene como si fuera una tapa de alcantarilla mi rabia. Los polvos son más lodos que nunca y la furia acaba horadándome por dentro. Al ser este un proceso interno, con aparente frialdad me revelo ante él con forma de pedrusco lleno de aristas y sin emociones. Las peleas, resultado de la conjunción de idas de olla y bipolaridades progresivas, hacen que el día a día se haya convertido en un bucle descorazonador. Inalcanzable e incomprensible el mutuo acuerdo, nunca es suficiente, nunca llegamos; siempre la cagamos. Y me mato queriéndolo y atrapándolo y me mato a pajas negándolo. Deseo que el deseo que fue deseo vuelva a desearle y no acabar siendo dos cactus que se abrazan y es que donde busco piel sólo encuentro espinas. Sin silencios no hay paz y en mi casa se oyen coces ególatras que se niegan a ser domadas. Coces que campan a sus anchas como lo hicieron las manchas de humedad hace un mes. Manchas que fueron pintadas, maquilladas más bien, pero que amenazan con rehidratarse en el momento más insospechado. Empiezo a creer que esto de la pareja no es un hecho. Empiezo a entender el por qué dos polos iguales se repelen. Con los años he aprendido a fintar las penas pero...¡esta puta lágrima que no sale me va a reventar el estómago!
Luz Casal -
...te entiendo más de lo que crees, he pasado por esto, y noté lo que estás diciendo, pero llega un momento en el que todo te olerá a nada... deja que encuentres el sabor de tu mermelada para que acabes con ese asco que lo pudre todo... abre tus ojos:
ResponderEliminar...prefiero contarte otra cosa, la historia de cómo empecé a fumar tabaco de liar, por ejemplo. A ver... como lo cuento para que no se haga pesado. Ya. Bueno, pues yo tenía diecinueve años, era noviembre, y me acababa de enamorar locamente de un tío que se llamaba... bueno, da igual, llamémoslo "equis". En fin, que lo quería... no, que amaba a "equis" con locura, y a medida que pasaban los meses y los años, me daba cuenta de que mi corazón dependía cada vez más de él. Me encantaba follar con "equis", pero era curioso, porque cuando estaba desnudo, lo que más me gustaba era verle el cuello. Su cuello era... la parte que, no sé, que me encantaba mirarle horas y horas...
...Un día me di cuenta que me encantaba cómo le olía el sudor. Ese olor que desprendía era como el olor de su alma, que salía para mí por la parte que más me gustaba. Y una vez follando, le pasé la lengua...
Y me di cuenta de que nunca dejaría de amarlo, porque ese sabor era como... como la mermelada de ciruelas, que te gusta porque nunca sabes si es más dulce que amarga o más amarga que dulce... como el amor. Pero un día de verano, creo que era, sí, pues me levanté y me di cuenta que... "equis" no estaba, pero no sólo a mi lado en la cama o en la casa, sino en mi vida, se había ido, como un mal sueño cuando te despiertas, pues igual...
Desde entonces busco su olor... A veces voy por la calle y me parece olerlo, y me pongo a correr como un loco intentando no perder el rastro que va dejando su alma por la ciudad... Mi adicción a su sudor la sacio buscando a hombres que huelan, no igual, parecido a él... pero desde entonces la mermelada es siempre demasiado amarga.
Hace... dos meses me lo encontré por la calle, y mientras me contaba cómo le iba la vida, yo sólo intentaba olerlo, buscar el aroma a la que me había hecho dependiente. Y no, no olía, olía a otra persona, a otra alma... Y se fue, y me di cuenta que el olor al que seré adicto para siempre, ya no existe... Soy adicto a... a nada. Y ya está...
Ah, fumo este tabaco para olvidarme un poco del sabor agridulce que se me quedó aquí para siempre.
Buen ejercicio de catarsis amorosa, al menos te has desahogado un poquito contandolo, y es que incluso los cactus tienen flores y son como las rosas: hay que pincharse para olerlas!!!
ResponderEliminarbeXotes
Me ha gustado.como dice xim,todo ejercicio de catarsis es siempre pòsitivo.ojala a ti te haya servido de algo.espero que haya sido asi
ResponderEliminarFogar a golpe de tecla es una buena terapía, y lo que disfrutamos leyéndote...
ResponderEliminarCactusFlower Kisses
Puf, que intenso, querido, yo voy a ir a lo práctico: omeprazol para la gastralgia, que de amor ya no se muere, ni de pajas tampoco. Oye, el omeprazol, mano de santo. No quiero irme sin decirte que te prodigas poco por aquí, hijo, pero cuando lo haces lo bordas.
ResponderEliminarBesote.
Ah, y esa es la Luz que me gusta...rockera.
ResponderEliminarVeo que runagay en su sabida sapiencia te receta omeprazol, que sería de mí sin esas pastillitas azul-naranja.
ResponderEliminarY ya sé que es muy jodido vivir a expensas de que te tengas que tomar algo para la úlcera que asoma, pero es mejor eso que morirse de gastritis.
Muy intenso el texto, me ha gustado.
Un beso.