martes, 8 de septiembre de 2015

A VISTA DE PÁJARO

   Se preguntaba a cuántos kilómetros estarían aquellas nubes. Las negras se fusionaban con las blancas dejando un pequeño claro entre ellas pero oscureciendo aquella tarde de septiembre en el pantano. Formaban y deformaban efímeras siluetas que intentaba relacionar siempre con algo: una cara que gritaba, un buda, un Goku, un Batman… Un pájaro de entre las blancas apareció, otro le siguió y entre las negras desaparecieron. Se preguntaba ahora qué habría sido de ellos, si morirían en la vorágine de aquellas nubes que se antojaban amenazantes, cada vez más negras. Se preguntaba también si les habrían visto desnudos desde allí arriba, cómo serían ellos a vista de pájaro. Giró la cara y al que tenía a su lado tumbado le hizo otra pregunta:
 
-Tú sabes que yo siempre te querré, ¿verdad?


(Foto de www.diariopilotoprivado.com)


1 comentario:

  1. Me sentía como un cometa errante, que arrastrado por las fuerzas gravitacionales que rigen el orden establecido, se ve obligado a cerrar la elíptica con la que comenzó su singladura.
    Pero ahí estaba Cronos, caprichoso dónde los haya, para hacer coincidir en un espacio-tiempo dos órbitas, separadas de antemano años-luz por las experiencias vividas. Apenas fue un nanosegundo, un leve roce en sus trayectorias, dejando una huella muy desigual en ambos cuerpos celestes.
    Y a sabiendas, ya a estas alturas del camino, que el tiempo siempre juega en el equipo contrario, borrando los detalles y desdibujando contornos y siluetas, me sigo empeñando en mantener en la memoria, ya cansada de tanta retentiva, la estela de lo que fue.
    Plutón ya está muy lejano a miles de pársecs, funcionando como un faro en la lejanía. De momento toca cruzar este inmenso cinturón de asteroides ¡Qué tiran a dar! Una travesía exhausta para un argonauta cósmico que intenta no naufragar en este mar de los sargazos interestelar.
    Buscando la Serenidad
    ANTARQ

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