Espera, un ratito más… Concéntrate tío. ¿En dónde estaba? Ah, vale, la orgía entre los matorrales. “¡Dale, dale!” me jalean los que esperan mientras yo peto al negro… ¡Ey, se escapó!¡Mierda! A ver cómo seguía... Una playa. Sí, sí, era una playa. Una playa desierta de arena oscura. Un hombre barbudo y en cueros sale de una cueva. Viene hacia mí. Reconozco esa barba y la forma de sus pezones pero poco más. “Sé quién eres. ¿Vamos a follar verdad?” Se me acerca tieso… Me estoy meando. Joder, si aguanto un poco más quizá lo recupere. ¡Mecagontó! Cómo era, cómo era, cómo era... ¿Y si muevo rápidamente los ojos?… Un supermercado, un viejo, una caja y un billete de vuelta: “Su cambio gracias”... ¡Al carajo todo! Me rindo. Son ya las siete y diez. Será mejor que me levante de la cama.
Que mal rollo ese ojo¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarSi no fuera por la fantasía que le ponemos a la vida....Y pensar la cantidad de chorradas que se llegan a decir, y que o no son verdad o están muy alejadas de la verdad, pero la fantasía, ¡Bendita sea!
ResponderEliminarQuién no ha intentado recuperar un buen sueño en esos cinco minutos más. Y quién lo ha conseguido. Tarea imposible.
ResponderEliminarDormir no sirve para mucho. Tener la mente descansada está sobrevalorado... ;)
ResponderEliminarjoder las siete y diez ya, tio deja al negro y vamos que llegamos tarde.
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