martes, 11 de junio de 2013

CUARENTA DE MAYO

  
   La sola imagen de mí bailando rodeado de niñatos me hacía sentir ridículo. Tuve y retuve, a pesar de mis casi cuarenta años, pero mi cara estaba lo suficientemente desencajada por las generosas dosis de alcohol y drogas de la noche. Quizá por eso nadie se atrevía a acercase a mí. Ni yo a ellos... Sevilla, 40 de mayo. Había huido hasta la capital que siempre me engulle después de cada ruptura. Digo 'cada' y es que mi vida comienza a ser una sucesión de amores, la vida de un monógamo de muchas parejas. 

   Serían las siete u ocho de la mañana cuando salí tambaleante de allí. Cerraba aquella discoteca al aire libre donde minutos antes habían danzado malditos púberes a ritmo de house. El sol comenzaba a alumbrar  mi careto perpetrado por la toxicidad y como pude conseguí llegar hasta el puente que cruza el río, un falso río que discurre por otro canal ajeno al suyo, como ajeno era yo a la ciudad aunque la adore más que la mía propia. Cabilaba con mis cosas cuando un niñato casi hombre que también salía del local me adelantó a un paso lento pero vacilón. Como en un pique de coches en la carretera, le aventajé aunque el caminar de los dos fuera pausado. Paré a unos diez metros de él y me apoyé en la barandilla para mirar pretéritamente a lo lejos. Cuando me alcanzó, adoptó la misma posición junto a mí, nos miramos y sin titubear, nos besamos. Cerré los ojos. El beso era placentero y muy reconocible, como si lo hubiese catado antes. Tosco y violento a veces; suave y caprichoso, otras. Tanta empatía me extrañó y abrí los ojos. Tenía frente a mí a un monstruo de cuatro cabezas, un monstruo con las caras de mis cuatro ex-novios. Reflejaban cada uno el drama de la última vez, el momento doloroso del llanto desconsolado del día que corté con ellos. No soporté tanto daño. Me sentí tan desolado y ruin que, en un acto reflejo, lo agarré  por los huevos y de una pierna, y al río, al falso río  lo tiré.



4 comentarios:

  1. seguro que los ríos están llenos de monstruos de 4 y más cabezas, aunque yo ya no lanzo monstruos, ni los veos, opté por estar solo, quizás error por mi parte, pero así me evito malos tragos, una suma de errores lo mío, pero ahora, sí o sí, te daba un abrazo, y de los fuertes

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  2. El destino quiso que te leyera escuchando esto que habla de noches, de pasos sincronizados desde el fondo del agua

    http://www.youtube.com/watch?v=znNPqreYUms
    Noche, agua, pasos sincronizados...

    "Baila... baila conmigo.
    Baila... baila sin sentido"

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  3. El destino va a querer que complete yo esta entrada con esta maravilla de vídeo y canción.

    Muchas gracias Miguelae!

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