martes, 17 de marzo de 2015

PSICÓTICA

  
 Llegó a casa reventado sólo con ganas de ducharse, ponerse el pijama, picotear algo e irse a la cama pronto pero por nada del mundo podía imaginar que aquel frío lunes de marzo esa ducha acabaría resultando de lo más psicótica: se le había acabado la bombona.


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