Hay días en los que, colgado de un cable, echas un baile frente al espejo; das un último repaso a tu indumentaria antes de salir de fiesta; haces muecas imposibles o improvisas un nunca pronunciado discurso de última hora para pedir un aumento de sueldo… Ese habitáculo de apenas metro cuadrado en el que algunas veces hay un charco sospechoso y dudas si es agüilla de una bolsa de basura o el pipí de un perro. Allí donde alguna vez expeles una ventosidad ruidosa sorpresa justo cuando en ese momento se abre la puerta para que entre el del cuarto. Ese lugar comunitario que nunca quieres compartir con nadie y que cuando ocurre, se desarrollan en él las conversaciones climatológicas más estúpidas que hayas tenido. Ese espacio cabinoide que se eleva a velocidad tortuguil cuando te estás meando. Allí donde siempre que se cierran las puertas te das un beso con el novio de turno y que cuando empiezas a no dártelo significa que pronto dejará de serlo. Ese sitio en el que se puede leer un muy instructivo y curioso cartel:
Soy de tu propiedad,
me tienes que cuidar
Trátame con sumo esmero,
que no te cueste el dinero,
Si soy maltratado,
por todos serás censurado
Desecha tus malos pensamientos
durante todo el trayecto
Todos estarán agradecidos,
viéndome embellecido.
El ascensor en el que te subiste este mediodía por enésima vez. Se te había olvidado la radio del coche. Ibas justo de hora para llegar al curro y corrías por el portal otra vez para la casa. Un viejo avanzaba en la misma dirección. Consigues llegar antes que él y te montas en el mismo en el que acababas de bajar hacía un par de minutos. La vieja maquillá estaba dentro con su carrito de la compra, en una esquina, y la puerta a punto de cerrarse... ¡Clash! Un bastón la bloquea. Lograba colarse el anciano también. El hombre muy encorvado, con movimientos lentísimos se pegaba contra el lado opuesto… y se pegó contra ti. Su orondo culo daba contra otra de las esquinas de la cabina y su cabeza… justo rozando tu barbilla. La vieja maquillá quedó literalmente aprisionada. Los blancos pelos de la coronilla del abuelo cosquilleaban los de tu barba. La cercanía era tan próxima que si girabas un poco la cabeza podrías contarle incluso las venillas rojas y azules de sus colorados mofletes. No había otra posición posible, el habitáculo es estrechísimo, a no ser que se colocara éste de forma contraria, esto es, su cara contra una de las esquinas del ascensor y su culo contra tu paquete y la verdad, no estabas como para prácticas gerontófilas...
Six, please, te indica El Hombre Alcayata. Arqueas el brazo subiéndolo por su cabeza y le das casi a tientas al botón. Os eleváis. Te pegas contra la pared irguiéndote un poco más y miras hacia el techo-lámpara agujereado. Habían colado, una vez más, un paquete de tabaco vacío. Desde tu perspectiva puedes ver cómo el anciano se saca un pañuelo de tela del bolsillo y se lo lleva a la nariz. ¡Horror! Tu cara se nauseafica: Cierras los ojos fuertemente, elevas tus mejillas y aprietas los labios. Contienes la respiración esperando que comience la Sonata de verdes seres extraños, la cual se adivinaba atronadora… Abres un poco tu ojo izquierdo , sólo un poco, para contemplar, estuporizado, la escena codificada por tu pestaña y… ¡ni rastro de la vieja!.
Six, please, te indica El Hombre Alcayata. Arqueas el brazo subiéndolo por su cabeza y le das casi a tientas al botón. Os eleváis. Te pegas contra la pared irguiéndote un poco más y miras hacia el techo-lámpara agujereado. Habían colado, una vez más, un paquete de tabaco vacío. Desde tu perspectiva puedes ver cómo el anciano se saca un pañuelo de tela del bolsillo y se lo lleva a la nariz. ¡Horror! Tu cara se nauseafica: Cierras los ojos fuertemente, elevas tus mejillas y aprietas los labios. Contienes la respiración esperando que comience la Sonata de verdes seres extraños, la cual se adivinaba atronadora… Abres un poco tu ojo izquierdo , sólo un poco, para contemplar, estuporizado, la escena codificada por tu pestaña y… ¡ni rastro de la vieja!.
Que bueno... me encanto...
ResponderEliminarEso. Hazme la competencia. ¿Hablas del tiempo en la escalera acaso?
ResponderEliminarjajaja , es estupendo este tema . Los ascensores son ratoneras con sus aromas , jajja esta muy bien descrito . suludos guadiaro
ResponderEliminarBuenísimo, es lo que todos hacemos, eso de terminar de asegurarnos que el modelito escogido sea el correcto. Qué desagradable es ese contacto físico con personas ajenas, es lo que peor llevo de compartir ascensor.
ResponderEliminary me ha encantado la frase "siempre que se cierran las puertas te das un beso con el novio de turno y que cuando empiezas a no dártelo significa que pronto dejará de serlo", es tan cierto...
Besos
Ah qué sitios los ascensores!!!! odio las conversaciones de ascensores y la música ambiental... y especialmente odio esos ascensores enormes de los hospitales donde todo el mundo desea entrar porque suelen tardar mucho y que van parando con parsimonio en todas las plantas hasta que llegas a la tuya y tienes que hacerte paso casi a codazos. Un abrazo.
ResponderEliminar3 personas 210 kg.
ResponderEliminarLo que no entiendo (quizá por haber cogido el ascensor en el tercero) es lo del sonajero de verdes seres extraños.
¿Beneméritos sueños quizá?.
tienes una habilidad innata para convertir lo cotidiano en una aventura divertidísma... te odio... eres demasiado bueno!
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarCreo que nunca había posteado en tu blog (que encuentro muy bueno y profundo en muchos aspectos por lo demás, plus, tu ánimo del espacio exterior que comparto tal gusto contigo también) sin embargo, lo he leído, y muchas de tus entradas me parecen geniales, seguiré leyendote.
Ahora bien, quisiera que compartieras algo conmigo desde allá tan lejos.
http://tabacohumoypoetasmalditos.blogspot.com/
Hoy ando ya a horas noctámbulas y cerca de terminar un día lleno de pensamientos.
Ese link de arriba es my especial para mí, lee The Space Between y entenderás.
Saludos
Podeis expresaros en Est@fad@ Maritoñi
ResponderEliminarJajajaja...sin palabras!!...escribes muy bien!!..esto no sera copiado no?...mira q lo pongo en el google y salgo de dudas!!....jajajajas...aunq la parte esa de las venillas te las podrias a ver ahorrado!!...
ResponderEliminarpero me has dejado sin palabras!!...
Bueno... lo de los novios es lo que más me gusta. Sobre todo si es nuevo, la primera vez que lo subes a tu casa.. y le besas en el ascensor, o le tocas el paquete.
ResponderEliminar(Y los ascensores de los grandes almacenes con ligoteo, ah, también son propicios a esas cosas).
Besos
Pues yo vivo en un macroedificio con más de 400 apartamentos y 6 ascensores enormes. Casi siempre uno va solo. Y se echa de menos compañía circunstancial entre tanto anonimato.
ResponderEliminarPUaj!!! Que asco, dios santo.
ResponderEliminarCinematograficamente hablando los ascensores siempre han dado mucho juego. Recuerdo que cuando era pequeño me daban terror después de ver cómo cosían a navajazos a Angie Dickinson en un ascensor en Vestida Para Matar!!!
ResponderEliminarBesos!!!
Por cierto me ha encantado ver a Brian junto a Pe en los Bafta. Lástima que estuviera Loki con Mickey!!!
fe de erratas: que Loki NO estuviera con Mikey (Rourke)
ResponderEliminarEres un sol!!!
ResponderEliminarVengo a declarar que la voz del video de la coronación de Maritoñi me recuerda sospechosamente a la de Luz de Gas, las he estado comparando con los programas de radio. Por otro lado, comparten por lo que veo la plataforma multimedia para colgar las grabaciones.Y que decir de la buena interpretacion dramatica de las voces... Asimismo, esa negativa continua de Maritoñi a participar en el programa ¿no es sospechosa? ¿no será que es humanamente imposible que uno se entreviste a si mismo?
ResponderEliminarJajajajajajajaja, gracias por el momentazo ascensor, real como la vida misma, creo que es el sitio en el que más incómodo me siento.
ResponderEliminarVivo en un primero, así que no suelo utilizarlo, aunque el otro día conocí a una muchacha muy simpática, uno de los mejores momentos del día.
ResponderEliminarJeje... es que la etapa "gatetes en la frente" de Madonna fue muy total.
ResponderEliminarA mí el tema ascensores me fascina desde que me hablaron de un ascensor antriguo que hay en Europa (no sé dónde exactamente), que no paraba en los pisos, sino que tenías que saltar tú dentro cuando lo pillaras, vamos... imagínate.