sábado, 12 de diciembre de 2009

Matar a uno mismo

El portal de mi bloque es hortera. Antiguo aparthotel, conserva reminiscencias de principios de los setenta aunque el divertido estilo kitsch de la época pasó de largo. A unos sofás de skai polvorientos en el hall, unas flores de plástico imposibles y una descascarillada estatua de la diosa Iris, hay que sumarle ahora una churrigueresca decoración navideña. Iris, con un pecho descubierto, te conduce hacia una fuente que emana agua en forma de seta rodeada de unos ventanales que, con sus cortinas, azulean el patio de luces interior. Frente a la seta, desde hace casi una semana, plantaron una palmera en un gran macetón, emergiendo vigorosamente por el hueco.

Ayer por la tarde, bajé para renovar un libro en la biblioteca y a los pies de la palmera, tirado en el suelo, había un ramo de flores con nota incluida, "Alguna despechada" pensé sin pensar y continué aprisa pues me cerraban en diez minutos. Al regresar, la curiosidad por ver qué decía esa nota, provocó que saltase la pequeña valla que rodeaba la planta. En la nota, escrita en inglés, una madre rogaba por el alma de un hijo. El escalofrío fue instantáneo. Me acerqué a recepción para interesarme: "Un chico de treinta y tres años se ha "caído" desde el quinto hace seis días", me confirmó, apesadumbrado, el conserje de turno; "Hoy ha muerto". Cuando le insinué si era un suicidio no hubo respuesta. Ni yo seguí preguntando. Treinta y tres años, la edad que yo tengo, la misma edad que rondaría el conserje. Al hacer memoria, recordé que aquella noche hizo muchísimo viento, tanto, que el golpeteo constante de un cedé "espantapalomas" contra la barandilla de la terraza de mi vecino, me despertó a eso de las cuatro de la mañana, - a las cinco "cayó" mi vecino muerto-. Para sujetar el cedé con unas pinzas de la ropa, asomé medio cuerpo por la terraza y en ese instante imaginé, casi soñando, lo espachurrado que quedaría si con la somnolencia perdiese el equilibrio y cayera siete pisos abajo. No era la primera vez que había fantaseado con mi propia muerte, algo así como si me convirtiese de repente en un duelista de mi propio entierro. Incluso hubo un tiempo en el que, por depresiones varias, la deseé. Me pregunto si mi vecino muerto, al que nunca conocí, ni siquiera de vista, fantaseó alguna vez con esto o quizá hubiera más que premeditado lanzarse al vacío. De todas formas, transitoria o no, nunca sabré por qué cometió la locura de matarse él mismo y huir así de este mundo raro.

Desconcertado y confuso, me despedí del conserje al que nunca saludo. De camino al ascensor, al volver a pasar por delante de la palmera, miré de nuevo hacia el ramo de flores. Antiguamente, las flores cumplían la función de enmascarar el olor a descomposición del muerto, sin embargo, allí no había cuerpo, sólo un presunto alma por el que su madre rogaba. Dudé al principio, pero, a pesar de que Dios huyó de Plutón hace años para dejarlo todo muy frío, me detuve un segundo y, por si acaso, me santigüé.


Rapture -Antony & The Johnsons

19 comentarios:

  1. ME HA GUSTADO MUCHÍSIMO, CREO QUE TE SEGUIRÉ. LA SENCILLEZ Y LA NATURALIDAD SON PUNTOS DESTACADOS

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  2. Vaya escenario más feo para tirarse. Te pediría la foto de la escalera...

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  3. Quizás sea un acto de valentía el de rebelarse ante una existencia que no se elige y no sabes quién la impone.
    Me alegra haberme vuelto a re-encontrar contigo después de tanto tiempo...no sé, puede que por ese patio de luces haya caído algo más que un cuerpo, puede que al tirarse sin hacer ruido haya derramado sobre plutón esta reflexión tan magníficamente planteada.

    Un abrazo, Arguifonte

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  4. A mí no me cabe duda de la premeditación del vecino: nadie improvisa un suicidio sino que es un guión perfectamente ensayado. Me da un poco de escalofrío reconocerme tanto y tantas veces en tus posts, aunque en mi caso Dios no huyó. Más bien le invité encarecidamente a marcharse porque a mí quien me dejaba helado era precisamente Él.

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  5. Casi siento el vértigo al asomarme a tu patio, leyendo el texto. Ufff...

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  6. Tu forma de narrar está llena de encanto y personalidad. Me dieron ganas de leer cosas como las tuyas en un formato más grande.

    ¡Un saludo!

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  7. He regresado al blog,y es una verdadera alegría saber que sigues por aquí con tu estupendo blog.
    Un abrazo muy fuerte!

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  8. Joder, la historia es muy impactante. Me ha gustado porque a logrado conmoverme. Lo que es la vida...

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  9. La verdad es que con eses sofá tan feo de tu portal, no me extraña que el vecino se suicidara, jajaj. Mucha gente lleva flores de plastico a los sitios donde se han "matado a si mismos" jovenes en la carretera. La verdad es que queda cutre y patético... Eso si, dicen que para evitar suicidarte lo mejor es pensar en él de vez en cuando.. ¡Será por eso que no te suicidiste tú y, sin embargo, se suicidó tu vecino...

    bezos.

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  10. Joder, qué emocionante... me ha enganchado el relato desde el principio, qué bien escrito.

    Joder, y me he quedado con un nudo en la garganta... siempre me da por pensar que puede haber llevado a tal ocual persona a dejarlo todo.

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  11. Glups!!!, desde luego el portal no es que fuera para saltar de alegría, aunque tu descripción la hacía parecer un tanto jocoso, o algo de tan mal gusto, que hasta tenía personalidad, pero es que ahora posee un halo un tanto siniestro.

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  12. QUE HEAVY NIÑO Y QUE BIEN CONTADO, YO VEO ESO Y ME VOY POR LA PATILLA, YA ME PASO UNA VEZ QUE SE ME CAIO DE UN QUITO PISO UNA SEÑORA MAYOR Y SE ME QUEDO A DOS METROS DE MI FUE ESPANTOSO, EL SONIDO DE LA SRA AL CAER JAMAS SE ME OLVIDARA. UN ABRAZO Y UN BLOG PRECIOSO

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  13. A ver si también se levantó soñoliento para quitar algo que hacía ruido de su terraza y tuvo peor suerte que tú...

    Muy bien contado, como de costumbre, me ha gustado mucho la "evolución", de la descripción del escenario a la tragedia. Muy bueno.

    Un abrazo.

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  14. qué post más bonito, y qué bien queda antony and the johnsons como banda sonora. hay noches de viento y lluvia INSOPORTABLES...
    para poner un toque de frivolidad, nunca había escuchado lo del cedé "espantapalomas".

    un abrazo.

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  15. A mí esa estética del desarrollismo me gusta.. además, lo has descrito tan bien que te imagino llegando cada día al portal y me da ternura. Y hoy en día, tener conserje es un lujo.

    (Vaya mala noche.. pobre madre, es lo primero que pienso: no me gustan nada los suicidas, los veo muy egoístas, porque siempre se deja alguien atrás que va a sufrir lo indecible -o eso quiero pensar-.)

    Un abrazo desde Madrid con mucho frío

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  16. joder tío,
    se me han saltado las lagrimas escuchando a Anthony e imaginandome que mueres, noooooooooooooo, la vida es para comersela cada segundo que la tienes¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡tengo ganas de verte ,
    un beso fuerte
    amancia,
    cada vez escribes mejor joder¡¡¡¡¡¡¡

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  17. Acabar a los 33 o alos 83 de forma consciente y adelantada, incluso desesperada... es una opción que algunos contemplan con lucidez y de una forma consecuente.
    Cuestión de resiliencia y perspectivas... supongo... Aún así ¿quién no ha sido alguna vez suicida de café.
    En fin... ojito con ese CD Argui!!
    Un besazo.
    P.D.: ¡que bien me caes coñe!

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  18. Argui, te recomiendo Suicidios ejemplares, de Vila-Matas. Este post es muy vilamatiano. Besos desde un Madrid que cada día se parece más a Siberia.

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  19. Ya te lo han dicho todo. Yo llego tarde como simpre, pero aquí estoy, disfrutando de esa habilidad que tienes para narra, escribes de forma que parece que lo estás contano cara a cara al lector, de viva voz.

    Respecto al tema del suicidio. Aborrezco el cliché de que el que se suicida es un cobarde o un egoísta. Este prejuicio oculta un sutil mecanimo para hacer perdura el conformismo. El que decide quitarse la vida siempre tiene sus razones, otra cosa es que no sepamos entenderlas.

    Besos.

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