martes, 29 de mayo de 2012

EL BANCO

  
  Por las tardes suelo ir a merendar a un rincón con dos bancos. Sí, es la esquina de una calle donde los árboles huelen igual que lo hacían hace treinta años. A la hora que yo voy no se oyen nada más que pájaros y el sonido de alguna que otra moto despistada. Me resulta muy curioso este lugar pues es una zona muy sensorial. Me vienen muchos recuerdos de la infancia, de cuando prefería quedarme a solas que a jugar con los niños observando incrédulo el nuevo mundo que se mostraba ante mí. Demasiados mundos aunque no transite casi nadie. Hoy, una señora mayor pasó delante de mí camino del supermercado. Me ha saludado y se ha interesado por el suso que comía, que si lo vendían allí me preguntó. Esto de ir con el traje de rayas por la calle hace que la gente se congracie contigo, se sienten cercanos a ti, como si te conocieran de toda la vida aún siendo yo casi el último fichaje. Sin saber cómo, al instante  me estaba contando su drama familiar: su hijo, con hipoteca, estaba con el agua hasta el cuello. A punto de divorciarse, había echado cientos de curriculums en todos sitios y  no lo llamaban de ninguna parte. Llorosa me decía que ellos (su marido y ella) no podían hacer más, que los nietos comían y cenaban en casa y que habían pedido un préstamo con la jubilación del marido. "Ayer de la rabia que tenía mi Miguelito se rompió la mano dando un puñetazo contra la pared.. ¡Esta crisis tiene que acabar, tiene que haber una salida!... Me quedé mudo, como asustado, no sabía qué decirle; no tenía respuestas. Vivo en este mundo y creo ser consciente de la situación pero esta señora me ha dado esta tarde un hostión de realidad. Mientras veía cómo se alejaba  me he sentido  muy afortunado al pensar que estoy sin deudas y tengo trabajo estable pero a la vez miserable por tenerlo y permanecer impasible ante esta mierdosa situación. Algo tendremos que hacer, digo yo...
 

4 comentarios:

  1. La gracia de todo esto es que pase y no nos enteremos. Si esto saliera en las noticias tanto como aquello de "hoy es el peor día para la prima de riesgo" alguna cabeza habría rodado (literal) ya.
    No obstante, yo soy de pensar que cuando veas las barbas de tu vecino veas cortar... Así que voy a ver si empiezo a cortar cabezas o barbas

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  2. Es que los bancos de toita la vida de dios han estado para reflexionar sobre las cosas.

    y sí, algo tendremos que hacer, soy uno más con los ojos como platos y con escozor en el esfinter, pero nada va a suceder si no hacemos que pase.

    un beso

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  3. No sé que encenderá esa mecha del "basta ya", pero llegará el día sin duda!
    Y no está lejos...
    ;)

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  4. Lo has resumido perfectamente. Los afortunados que tenemos trabajo poco más podemos hacer lamentablemente que desear que las cosas se arreglen pronto.... a ser posible antes de que esto nos coja de lleno y nos veamos en la calle como ya lo están muchos otros.
    ¡Virgencita, que me quede como estoy!
    Un abrazo: Mr. Amancio

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