Fin del periplo, se acaba la aventura. Madrid, Toledo, Salamanca, Asturias, San Sebastián, Zaragoza, Barcelona, Valencia y feliz regreso a Plutón... A lo largo de quince días y más de 4.000 kilómetros recorridos en un viejo coche he vivido a un ritmo acelerado. He descubierto ciudades alucinantes y pueblos que me han engullido. En sus plazas he mirado de cara a gentes que quizá nunca vuelva a encontrarme. He visto ríos, montañas, lagos, bosques y gigantescas extensiones desérticas. He pisado playas de todos los mares y en algunas hasta he nadado. He pasado calor, frío e incluso empapado de la lluvia he huido. He hecho el amor, he abrazado hasta crujir, me he reído hasta llorar y llorado de felicidad. He conocido a personas que sin pretenderlo me han dado lecciones de vida. He hecho volar farolillos con deseos escritos en la noche más calurosa de Madrid en cien años y, por qué no decirlo, ¡hasta poder recuperar mi barba ha sido la hostia!...
En este perderme para encontrarme quizá me haya gastado más de lo debido pero, ¿acaso no hubieras hecho tú lo mismo si presientes que va a ser el viaje de tu vida?...
Es bueno perderse para encontrarse como dices, porque es algo que siempre redundará en mejor vida
ResponderEliminarSaludos
Sinceramente haría lo mismo que tú, para seguir de vez en cuando hay que parar y coger perspectiva.
ResponderEliminarRoad movie, oh yeah! La carretera, un coche, saber sólo si se va a tirar para arriba o para abajo, para un lado o para otro, quizás algún plan difuso, eso es tener un buen lienzo para lo que te ha salido querido.
ResponderEliminarQué viaje más bonito e intenso con lo que cuentas. Lo trasluces en tu rostro, estás muy guapo. Enhorabuena por estas vivencias, que al final es lo que tenemos.
ResponderEliminarAhora, no hagas caso de que fue la noche madrileña más calurosa.. qué va.. si este verano está siendo muy suave..
Un beso
A mí es que me aburre conducir. Lo único que envidio de tu viaje es no haber sido el crujido por tu abrazo. Y lo demás.¡Tío weno!
ResponderEliminarQué alegría ver una foto tuya. Sigues igual que en mi mente.
ResponderEliminarTe leo desde hace ya tiempo, pero hoy y precisamente hoy, (no se cómo ha sido) he llegado a esta entrada, se me ha puesto la piel de gallina y he roto a llorar como un niño. ¡Bendito renacer! Saludos desde el desierto
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