domingo, 27 de octubre de 2013

RONRONEO

   Buscaba apareamiento esa noche y lo encontró.  Era rapado, con barba hipsteriana y casi cuarentón. Burraco le fue roneando a ritmos espasmódicos de house y cuando lo tuvo a pocos centímetros en un acto reflejo le lamió la calva. Raspar su lengua con centenares de milimétricos pelos le resultó muy placentero. Lejos de responder de mala hostia, el otro le asestó una dentellada en el labio inferior. Sangrante y baboso, así comenzó  lo que se adivinaba un  polvazo. Con un dedo se enganchó a la presilla del pantalón y se dejó arrastrar por el calvo hasta la salida de emergencia. Ya  fuera, en la escalera de incendios, le desabotonó el vaquero con la intención de comerle su más que prometedor aparato cuando, de repente, una sirena sonó a lo lejos y alguien le zarandeó el hombro advirtiéndole con voz carrasposa: 

— Nene,nene... Levántate ya que llegas tarde al curro. 







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