viernes, 3 de enero de 2014

AÑO NUEVO

   Lilith llegó a eso de las cuatro. Lilith, de nombre real Dolores, se comprometió el día anterior con nosotros a recoger la casa. La nochevieja, además de risas, alcohol, drogas, besos  y sexo, mucho sexo, había dejado un reguero de mierda por todo el piso. Andar por el suelo era tarea difícil y se quedaba pegada la suela en el parqué, reconvertido ahora en un extraño collage de colores a causa del confeti. Reventados para hacer faenas dejamos la limpieza para después y nos pusimos a comer. Dos y dos, así era la composición de la mesa. Me senté al lado de Lilith, enfrente tenía a Castro, el anfitrión y dueño de la casa, y junto a él estaba Joac, mi novio. Ensaladilla rusa de primero, solomillo de cerdo de segundo y cerveza: el menú sobrante de la noche anterior, rememorada durante el almuerzo. Pregunté por su marca del cuello a Lilith y nos confesó que tuvo un calentón antes de irse de la fiesta, a eso de las cinco, y tiró de agenda para acabar follándose en su piso a su director de escuela. Ciega perdida le dio por poner velas desde el pasillo hasta el salón aunque de poco le sirvió pues nada más llegar su jefe la subió en la mesa de la cocina y allí la empotró. De lo mío con mi chico no hizo falta dar muchos detalles. Llevábamos un mes sin vernos y cada dos por tres nos metíamos en el baño o en las habitaciones para meternos mano.  David, el novio de Castro, nos pilló una vez in fraganti usando su cama.  La excitación pudo más que la vergüenza y a pesar de la sorpresa no dudé en continuar rompiéndole el culo a mi churra. El hecho de que nos hubiera cazado me puso más cachondo si cabe. Vernos de higos a brevas es lo que tiene, que uno lo quiere dar todo, pase lo que pase, pase quien pase... 

   Castro nos sirvió los últimos trozos de solomillo y nos rellenó los vasos. Íbamos a brindar por enésima vez por el nuevo año pero acabó sentenciándolo:

— Pues yo os tengo que confesar una cosa. Anoche David y yo hicimos un trío.

— ¿¿CON QUIÉN??—  chillamos los tres a la vez.

— Con Toni, el amigo que trajo Raúl. Menudo pollardo que gasta. ¿Veis este vaso de tubo? Pues más grande. Ninguno de los dos podíamos cerrar la mano. Yo no tuve problemas pero a David sólo le entró la puntita...

— ¡Qué fuerte!...—  exclamamos los tres partiendo la frase bruscamente en dos y exagerando ese "qué"...

   Toni, desde el momento en el que irrumpió en la fiesta, -porque Toni no llegó, Toni irrumpió-, fue el centro de atención eclipsando al resto. Apareció pasadas las uvas y nada más verlo David sufrió un ataque de celos que lo llevó incluso a abandonar el salón momentáneamente pues sabía que se había beneficiado a Castro la nochevieja anterior. Este era el motivo por el que nos extrañó a todos lo del trío, no por Castro, sino por él. Castro era un picha brava o culo loco, según se mire, pero David era en apariencia un tío muy formalete, serio y enamoradísimo hasta las trancas de él. No fue el único ataque de celos que hubo esa noche. Yo tuve otro cuando me fijé en  cómo mi chico miraba los brazos de la aparición estelar, algo que normalicé al poco rato pues Toni era alto, musculoso, una suerte de  guapo-feo, quizá demasiado amariconado para mi gusto, con una horterísima riñorera dorada repleta de condones y popper, según nos contó Castro, que tapaba su poderoso paquete circuncidado. Lo de su circuncisión fue el único detalle que el anfitrión obvió en la entusiasta descripción que hizo de su miembro.  Aquella última noche del año mi novio se quedó frito tras dos  polvos seguidos y cuando fui al baño a mear  me encontré a la estrella del momento  escurriéndosela.   A los cinco minutos ya se había corrido en mi cara.











4 comentarios:

  1. ¿Silencio en la sala? ejjjjqueeee, como ere, mi niño! (el má mejo!)

    Abrazos de año nuevo, Argui. Muy muy grandes!

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    1. Jajajaja Ay Crystal, siejjjque echo la imaginación a volar y se me va la pinza! Discusiones con mi novio durmiente me ha costado esta entrada ;-)

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  2. Despedida y entrada por todo lo alto.

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  3. Jajajaja pues sí, inmejorable entrada, y todos tan felices y bien servidos! ;-) Un abrazo enorme Javier.

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